27 de noviembre de 2012

Desastroso día.

Los problemas viene, vienen, vienen y vienen. Uno detrás de otro. Uno mayor que el otro. La confianza rota, la amistad quebrándose,él, ella, ellos, tal vez otro, influencias, secretos, amor, amargura, culpa. Toda la culpa y no decir: "es mentira". No vale, es verdad. Todo de golpe. Como un río tras una fuerte tormenta. Se desborda. La cabeza es como garabato y los pensamientos van y vienen como si de una mosca se tratase. Culpable. Desastre. Desastroso. Un fallo, que crea un mar de fallos. Una palabra mal dicha, que crea miles de nubes de palabras. Horrible. Perdón. Ignorancia. Desconfianza. Tal vez llegue el momento final. Tal vez todo quede así. ¿Puede haber más fondo? Un fondo el cual no se ve. El fondo negro, suave, tranquilo. Nada que decir, todo dicho. Nada de que arrepentirse, te sigues arrepintiendo. La soledad. El saber que no deberías estar ahí. El primer día que no debería haber sucedido. Eso, esto, aquello. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Suspiro. Sólo aire. No puede haber nada. Nada. O tal vez quede en un adiós. Un adiós de los que casi nunca se dicen. Adiós, orgullo, adiós.

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