10 de agosto de 2011

El tiempo.

Dicen que cuando estás con él se para el tiempo. A mi no me pasa eso. Vaya tiempo más estúpido me habrá tocado a mi, pero cuando miro sus amables y azules ojos el tiempo parece acelerarse. Cuando puedo tocarle y besarle el tiempo corre como si le persiguieran. Los segundos de mi tiempo no quieren pararse y rápidamente van pasando, como si no le importara que esté en su compañía. A veces me gustaría quitar su reloj de su muñeca y comprobar si así el tiempo es más lento. Realmente me pone de los nervios no tener suficiente tiempo para poder reír con él y para ver lo tonto que puede llegar a ser. Perfecto gilipollas es el tiempo que a mi me ha tocado.