5 de enero de 2011

Un bonito encuentro

Al mediodía en el pequeño parque de la ciudad la gente pasaba y no les daba importancia a aquellos jóvenes que se miraban el uno al otro, sin decir nada.
Ella se sentía demasiado nerviosa como para hablar sobre ellos, e incluso tan nerviosa como para hablar del tiempo. La causa de que su cuerpo se sintiera inquieto era la mirada de aquel muchacho de ojos verdes y pelo rapado.
Marc se acercó a la muchacha y le cogió sus pequeñas manos, temblorosas. Se acercó a su oído susurrándole:
-         Tranquila, todo está bien. Yo estoy bien a tu lado.
La chica se acercó a su pecho y se acurrucó en él, comenzando a llorar.
-         He esperado tanto este momento que no me creo que sea verdad – digo Brigitte cogiendo grandes bocanadas de aire a causa de su llanto.

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